Las Hijas de Cristo Rey cedieron sus instalaciones para acoger el grueso de la jornada, en la que se desarrollaron ocho talleres diferentes en relación con la vida de la Iglesia en este entorno. En esta ocasión se nos ha invitado a revivir el sueño del Padre Gras, fundador de las Hijas de Cristo rey, y que deseó llevar el evangelio a los niños y, a través de ellos, a sus familias. Se nos ha invitado a pensar cuál es nuestro sueño, y a tratar de defenderlo (como quien trata de mantener un globo en el aire, a pesar de los obstáculos que puedan aparecer). Una gymkana a modo de juego de pistas nos llevó a entender cómo poco a poco se fue gestando este sueño, hasta acabar encontrando el tesoro, que se encuentra (porque allí sigue) en la capilla del propio Colegio, en la cual tuvimos un rato de oración que puso la parte espiritual en este juego.
El comedor escolar sirvió como espacio para compartir el merecido espacio de reposición de fuerzas para el trabajo de la tarde.
Un rato de juego para confraternizar con jóvenes de otras parroquias sirvió de prólogo al denominado Magazine, en el que una combinación de bailes, música y juegos sirvió para introducirnos en dos experiencias potentes: la ofrecida por D. Valentín Rodil desde el Centro de Escucha de los Camilos, y la conversión de un sacerdote que hoy es Delegado de Pastoral Juvenil en la Diócesis de Lugo, a cargo de D José Antonio Adrio.
Finalizado el Magazine tocó el turno a la merienda, en la que hicieron acto de presencia D. Julián, nuestro Arzobispo, y D. Jesús, Obispo Auxiliar en nuestra Diócesis. La presencia de ambos remarca la importancia de este tipo de acontecimientos en el tan necesario trabajo con los jóvenes.
Con una fiesta del perdón, en la que la participación fue multitudinaria, nos despedimos de la hijas de Cristo Rey, con gran agradecimiento por todo lo que nos aportaron, para bajar hasta Santa cruz, donde, partiendo del Colegio de las Madres Mercedarias, se desarrolló la procesión de antorchas previa a la eucaristía.
En una iglesia de Santa Cruz llena hasta la bandera, tuvo lugar la Eucaristía en honor a nuestra Madre concebida sin pecado, en la que D. Julián nos ha recordado que, en este camino de preparación de la gran fiesta del Nacimiento de Jesús, brilla la presencia de María Inmaculada, señal de esperanza y de consuelo. ¿Quién mejor que María para acercarnos a Cristo? En la anunciación escuchó “Alégrate, llena de gracia. El Señor está contigo”. D. Julián nos ha preguntado qué conservamos en nuestro corazón, para indicarnos que en María comprendemos que la fidelidad, vivida con alegría serena y silenciosa consiste, en decirle siempre al Señor que sí. Esta fidelidad está construida a base de desprendimiento y búsqueda, de contemplación y cruz, de disponibilidad y de confianza. Nos ha invitado a renovar la alegría de la esperanza que nos hace mirar con confianza al futuro. Nos recordó que somos testigos de la providencia de Dios, a ejemplo de María, que entregó su vida al servicio del Señor, hecho hombre gracias a su fidelidad.