Una fe que nos permite acercarnos a Jesús, sabiendo que nos espera la salvación.
Como cada último domingo del mes de junio, hemos honrado solemnemente al Sagrado Corazón de Jesús.
En un tiempo marcado por la distancia social, la Fiesta de hoy nos invita a dejar que Jesús toque nuestros corazones, para que nos sane, nos cure y nos devuelva la vida. Nos invita a tener fe que espera en la salvación de Jesús, al que encontraremos en los Sacramentos.
El Corazón de Jesús es manso, humilde y sencillo, y nos transforma para que seamos mansos, humildes y sencillos. En una sociedad donde ser cristiano no está de moda, la fe nos ayuda a superar las adversidades.
El Sagrado Corazón de Jesús es el mayor reflejo del Amor de Dios, que no queda indiferente ante el sufrimiento, sino que, desde la fe, nos restaura, alivia y consuela.
Desde estas líneas, nuestro más sincero agradecimiento a todas las personas que colaboráis con la Asociación del Sagrado Corazón de Jesús, para que se puedan celebrar estas fiestas. Nuestro agradecimiento a las celadoras, cuyo trabajo es fundamental para disponer de medios. Y este año, nuestro agradecimiento también a Miguel Besada, que ha restaurado el retablo del Sagrado Corazón de Jesús, bendecido en la celebración de hoy.