Último domingo de junio de un año atípico. Un año más, aunque condicionados por las circunstancias, celebramos la fiesta en honor al Sagrado Corazón de Jesús. Lo hacemos sin procesión, pero con Misa Solemne, y con adoración al Santísimo, el Cordero de Dios que ha decidido quedarse en la Eucaristía para recordarnos que ha dado –que da– su vida por nosotros. Preside la celebración D. José Rodríguez Pacheco, Director de los Salesianos de Cambados, a quien una vez más agradecemos su colaboración.
El corazón es la parte del cuerpo con la que hemos representado nuestro amor hacia los demás. El corazón es el signo del amor que hemos de tenernos, que hemos de llevar con nosotros. De la misma manera, el Sagrado Corazón de Jesús es el signo del Amor que Dios nos tiene, el signo de la sensibilidad que Jesús –Dios hecho hombre– tiene para con nosotros.
Dios no es un ser abstracto, lejano y distante que viene a condenarnos cuando no cumplimos sus mandamientos.
Y es que Jesús no ha venido a condenar. Dios se ha hecho uno de nosotros para salvar al mundo entero. El amor de Dios, que nos espera y nos perdona, que, como el Padre de la parábola del hijo pródigo, sale a nuestro encuentro para demostrar su amor y su perdón, es más grande que cualquier gesto de amor humano que podamos conocer.
Por eso, como dice el Papa Francisco, hemos de dejarnos perdonar por Él. El Sagrado Corazón de Jesús es el culmen del signo fundamental del Amor que Dios nos tiene. Si nos dejamos perdonar y querer por Dios, podremos verlo como ese Padre en quien poner toda nuestra confianza. Y una vez conocido su Amor, podremos llevarlo a los demás, dando testimonio de vida, con un corazón semejante al suyo.
Desde estas líneas, queremos mostrar el agradecimiento de toda la comunidad parroquial hacia todos los integrantes de la Asociación del Sagrado Corazón de Jesús, que año tras año hacen posible esta fiesta. Y recordamos que este martes 30 de junio, a las 9 de la tarde, tendremos el funeral por los socios fallecidos.
