martes, 7 de noviembre de 2023

PEDALADAS SOLIDARIAS

 


No es la primera vez que Juan Francisco Prieto Cacabelos, más conocido como Pichi, se sube a su bicicleta por una causa solidaria. Hasta en tres ocasiones ha dado pedales para contribuir, tanto mediática como económicamente, con diferentes iniciativas de ayuda solidaria.

Una noticia en prensa ha motivado el que será su cuarto reto: la iniciativa de nuestra Cáritas Parroquial para contribuir económicamente a la construcción de una escuela para niños en riesgo de exclusión social en Venezuela.


De la mano del Padre D. Pedro Rodríguez, asiduo colaborador veraniego en nuestra tierra, y viendo la necesidad de asistencia a niños no escolarizados y con déficit de aprendizaje, se ha creado en Arenas, en el venezolano estado de Sucre, este centro de ayuda pedagogica, en el que se ha contado desde el primer momento con la ayuda económica de Cáritas de San Vicente de Os Groves.

Así, bajo el lema de Tres mares para una escuela, el grovense Pachi, que tiene vínculos con el país venezolano, recorrerá 1.650 Km, partiendo de Valencia, y uniendo el mar mediterráneo con el Cantábrico y el Océano Atlántico, teniendo como destino la localidad de O Grove.

A través de la cuenta de Facebook Juan Prieto Cacabelos, nos invita a seguir su recorrido


¿Te subes al reto? 

domingo, 30 de julio de 2023

Y por desgracia... llegó el verano

 Y POR DESGRACIA... LLEGÓ EL VERANO 



    
    No estoy para nada de acuerdo con el significado de esta frase pero es el sentimiento que aparece cuando nuestra parroquia es atacada cada verano.

           Esta vez le tocó, una vez más a la Capilla de San Vicente do Mar. Esta noche del 29 de Julio, algunos se divirtieron rompiendo todos los cristales de las ventanas de la sacristía, y alguna maceta que habían robado en algún otro lugar cercano, pero además forzaron la puerta y entraron en el interior de la capilla. Entrar en una propiedad privada a la fuerza es un delito de allanamiento, pero entrar en un lugar sagrado es un una profanación.

            Es triste ver cómo cada año ocurren en nuestra parroquia situaciones incomprensibles como esta: ¿qué hay de divertido en romper los cristales de la casa de alguien, y más en una iglesia? Creo que desde nuestra condición de personas creyentes no ofendemos a nadie por reunirnos y rezar. nuestra fe nos enseña a respetar a todas las personas por igual. Rezamos para que también nos respeten, pues solo es cuestión de educación.